Portugal ha sido el primer país de los 27 que primero ha hecho sus deberes. El pasado 22 de abril antes de las 07 de la mañana el Ministro de Planeamento Nelson de Souza ha remitido oficialmente a la Comisión Europea el Plano de Recuperação e Resiliência (PRR).
Este Plan se estructura en torno a tres pilares básicos: Resiliencia, Transición Climática y Transición Digital. Los proyectos presentados, de acuerdo con los plazos marcados por los fondos europeos, se enmarcan en un período entre 2021 y 2026, alineándose con seis de las siete prioridades europeas e incluyendo 37 reformas y 83 inversiones en diferentes sectores. El PRR presentado por el gobierno Portugués suma un total de 16.644 millones €, de los cuales 13.944 corresponden a subvenciones, abriendo además la posibilidad de incorporar otros 2.300 millones adicionales.
A partir de ahora, la Comisión Europea tiene un plazo de 2 meses para valorar la pertinencia, eficiencia y coherencia del Plan, a partir de los once criterios definidos en el Reglamento de la UE 2021/241 por el que se establece el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y comprobando si contribuye a alcanzar los objetivos identificados en las recomendaciones específicas para Portugal definidas en el contexto del Semestre Europeo; incluídos los criterios de inversiones asignadas a objetivos climáticos (al menos 37%) y a transición digital (20%). Una vez aprobado por la comisión, el consejo europeo tendrá un plazo de otras 4 semanas para adoptar una decisión en base a la propuesta de la Comisión. Por lo que estaríamos hablando de que en Agosto de 2020 podría empezar su ejecución.
La economía azul en el PRR:
En el documento presentado a la Comisión y absolutamente alineados con los compromisos asumidos tanto en el Plan Nacional de Energía y Clima 2030 (PNEC 2030) como en la Hoja de Ruta para la Neutralidad de Carbono en 2050 (RNC 2050), se identifican 8 grandes “dimensiones o áreas de actuación” dedicadas a la transición climática, entre la que se encuentra:
“La economía azul y la protección del medio marino, como un importante recurso portugués. Implementando soluciones más eficientes desde el punto de vista de los recursos y la energía, asegurando nuevos medios de monitoreo más inteligentes y bajos en carbono.” (Pág. 48 del PRR)
Explicitando que uno de los desafíos estructurales de la economía del mar en Portugal es potenciar un modelo de desarrollo basado en la bioeconomía azul, que no solo pueda garantizar la seguridad alimentaria, sino también un conjunto de otras actividades con impactos en diferentes sectores, siempre basado en soluciones para menor huella climática, una contribución decisiva para avanzar hacia la descarbonización del modelo económico actual. (Pág. 142 del PNR). Entre ellas se identifican algunas líneas de trabajo para los próximos años:
- Inversión en infraestructuras fundamentales para el desarrollo de la bioeconomía azul y sus actividades de descarbonización. Facilitando la colaboración multidisciplinar el desarrollo de formatos colaborativos que potencien la innovación abierta y la transferencia de conocimiento para fomentar un verdadero ecosistema azul.
- Garantizar la coordinación de la red de los polos de bioeconomía azul y una cadena de valor que movilice conocimientos y habilidades en la industria del transporte marítimo y otros.
- Estimular la renovación de los buques y la innovación tecnológica, respondiendo a las crecientes exigencias en cuanto a condiciones de trabajo, seguridad y habitabilidad, y favoreciendo que el trabajo a bordo sea más seguro y atractivo.
- Aumentar la calidad y el valor del pescado, mejorando los procesos y la disposición de los equipos utilizados, garantizando al mismo tiempo mayor eficiencia energética y menor impacto ambiental.
- Dadas las características de Portugal, con dos regiones ultraperiféricas autónomas y una extensa zona marítima de jurisdicción nacional en el Atlántico, un gran desafío es garantizar una mayor presencia de conocimiento, control, vigilancia, capacidad de respuesta accidentes humanos y ambientales, lo que justifica la existencia de un centro de operaciones de defensa del mar y una plataforma naval multifuncional
Asimismo, Portugal viene trabajando en el desarrollo del paradigma de la “Blue Economy” desde hace tiempo. Durante el pasado 2020, el Fondo Europeo de Inversiones (EIF) y la Instituição Financeira de Desenvolvimento (IFD) – a través de una colaboración con el Ministerio del Mar de Portugal-, lanzaron la iniciativa PORTUGAL BLUE: “una asociación de capital de 50 millones de euros para apoyar a las empresas portuguesas activas en el área de la economía azul”. El EIF y el IFD han realizado una aportación de 25 millones de euros cada uno, con el objetivo de movilizar más de 75 millones de euros de inversiones en fondos y empresas beneficiarias finales.
PORTUGAL BLUE busca proporcionar financiación a empresas emergentes y pymes en diferentes fases de negocio con el objetivo de reforzar la capacidad económica local en términos de desarrollo económico bajo una perspectiva de sostenibilidad. Buscando generar impactos positivos en todas las dimensiones: social, económica y medioambiental. El futuro de la economía en torno a los océanos debe ser azul, y Portugal lo sabe.